YO LA QUIERO CON LIMÓN Y SAL

Ya leerá ud en otros blós que que bacano el concierto, que todo bien, que perfecto. Pero como no viene ud aquí en busca de un relato positivo, y la mismísima Julieta dice que "bien sabemos que la vida, nunca funciona así".

pues contaré mi experiencia del mismo. Primero, media hora de fila fuera del Palacio que me recordó el asedio de los vendedores de las playas cartageneras, con personas ofreciéndose a cuidarme la correa ya que no la dejaban entrar. Ignoro si la organización teme que algún inadaptado coja a juete a sus compañeros de silla. El hecho es que D**** se prestó a guardarlo en su bolso, lo que me obligó a pasar una buena hora con las manos en los bolsillos, impidiendo que la gravedad expusiera mis blancas piernas a la vista del público. Luego de una agradable requisa que no dejó duda acerca de la orientación sexual del auxiliar que me la propinó, pudimos pasar a hacer otra media hora de fila frente al Palacio. oiga, si es feo decir que la gente es bruta pero rara vez es un error. Y es que hay dos filas largas, que llevan a los accesos del lugar bajo una pancarta que reza: Preferencia, y otra fila, bien corta en el centro, bajo una pancarta diferente: Balcón central. El hecho es que, al ver el reducido número de personas en esa fila, un organizador tuvo que armarse de un megáfono y gritar en las filas que las personas que tenían boleta de balcón central hicieran la fila bajo la pancarta de balcón central. Pensé que era una advertencia inútil, hasta que vi con asombro grupos de personas que abandonaban las filas erradas y se iban al centro. Por suerte no me molestó la vaina, ya que estaba yo distraido por un par de petarditas tras mi que trataban de impresionarse mutuamente y a todos los que estuvieran cerca. Luego de media hora entramos al Palacio, no sin antes pasar por una más exhaustiva requisa. Nos abstuvimos de recibir las manos gigantes de cartón que regalaba Comcel, aunque no tuvimos tanta suerte con unos extraños adminículos de tela que, luego de darles varias vueltas vimos que podrían servir para guardar el celular, y que se viera más feo. Claro, si tuviera correa de donde colgarlo. Por fin sentados, 6 p.m., hora oficial del concierto y cerca de dos horas de haber llegado. Me llevé mi correa al baño y, oh sorpresa, fila para el mismo. Luego traté de calmar mi antojo de perro caliente, pero el servicio del Palacio consistía en que el que más gritara conseguía servicio. Como guardaba mis cuerdas vocales para el concierto, me contenté con un detodito de 4000 pesos y una chocolatina jet de 3000, a razón de 300 pesos el cuadrito y 100 pesos la papa, tajadita o chicharrón. Cuando pedí el perro me advirtieron que estaba en la fila equivocada, cosa que me obligó a volver a mi sitio. Ya saben como es pedir permiso unas 45 veces hasta llegar al puesto. De ahí a las siete estuvieron repitiendo tres propagandas. Había una puerca de un señor en un avión que se sienta junto a un niño, que resulta ser un delirius tremens provocado por la altura, ya que el niño es el mismo sujeto que viene del pasado a decirle que siga su sueño de ser piloto. El hombre reflexiona y termina comprando un carro. Creí que eso era inmundo hasta que Naty Botero me abrió los ojos. quecosatanpuerca santamadrededios! No conozco el origen del nombre del grupo "Odio a Botero", pero bien pudo haber surgido de haber oído a esta mujer "cantando" en alguna ocasión. ¿Han oido la del dinosaurio, cuba, habana, soye marihuana? jeje, es que hasta risa da de lo fea que es. Y a la niña le falta escenario, sólo se paseaba del guitarro al bajista, y a veces, cosa fuera de lugar, hacía guitarras de aire. Por fin se fue, sin que nadie se atreviera a pedir otra. Suerte para ella, ya que cinco canciones son tres más de las conocidas. Prendieron luces, volvieron a poner la propaganda del sujeto, el avión y el niño del pasado. Vimos a lo menos célebre del yedset criollo. Imposible ignorar a Inés "la mecha brava" Gaviria, lo que nos puso a buscar celebridades. Luego de un rato dimos con la re alta del cuartel de las feas, y después se le acercó, según me dijo D****, Carlos Vargas, un reportero de Suiiiiit, el dulce sabor...

Y ya. Empezó. Dos horas después de la hora oficial impresa, pero empezó. Y muy querida. Y muy entregada. Y decir que no era mejicana hubiese sido un considerable caso de distracción. Y se cantó todas las que me se y dos que no. Y me deprimieron tres quinceañeras al lado mio que me hicieron sentir como chaperón. Y un tipo al frente que se movía como las quinceañeras a pesar de doblarles la edad me incomodó. Pero luego salieron los cerditos del video Limón y sal durante la misma canción y llegué al paroxismo de la emoción. Aunque siempre es harto que el cantante de turno mencione la ciudad donde está y el público se emocione y se sienta especial. Y esa mujer canta más bello en concierto. Y no me esperaba que cantará la jaula de oro, y en un par de metros a la redonda nadie me acompañaba a cantarla. Y el batero era muy mechudo y el bajista muy bacano. Y "De mis pasos", yo no se de donde la conocían las quinceañeras, si es como de hace diez años la canción. Y ya. Mucho frío a la salida pero contento. Muy bacana esa mujer. No parece de 37 años.