BIRD BOX: La suspensión de la incredulidad

El concepto de Suspensión de la incredulidad, básicamente nos dice que como espectadores debemos estar en una posición flexible en cuanto a nuestro sentido crítico, con el objetivo de disfrutar mejor de la ficción. Sin embargo, tal suspensión se rompe cuando se abusa de este recurso, mal muy común en el cine. Sucede cuando se llega a esa escena en la que uno dice "hasta ahí me la creí", "Eso ya se pasó", o simplemente encontramos agujeros en el guión que nos impide involucrarnos totalmente en la cinta que estamos viendo.


La reciente "Bird box" presenta una importante cantidad de estos elementos, como para evitar el total disfrute de su visionado. Es cierto que es una metáfora sobre lo difícil y sacrificado que es la maternidad, y como existen amenazas invisibles que las mujeres deben sortear. Con eso no tengo problema, hasta lo aplaudo. Pero si me van a contar esa historia, por lo menos háganla creíble.

La cinta inicia con la protagonista embarcándose junto a dos niños, y acto seguido vamos a un flash back cinco años atrás en la que vemos el afán de supervivencia de Bullock. Pero el hecho de mostrarnos que sobrevive junto a dos niños elimina toda la tensión que puede tener la película, además que nos adelanta detalles de la trama. Por cierto, usar letreros en pantalla indicando "Cinco años después" o "24 horas después" es un recurso válido pero algo flojo.

Tampoco explican muy bien la desaparición de dos personajes secundarios (La pareja de jóvenes), quienes simplemente dejan de aparecer de una escena a la otra, y jamás los volvemos a ver. Sumemos a esto que jamás explican como sobreviven durante cinco años sin comida, elementos sanitarios o de aseo. Es difícil no compararla con otra cinta que soluciona mejor estos detalles. hablo de "A Quiet Place", película de intriga en la que los protagonistas no podían emitir ningún sonido, ante la amenaza de ser asesinados por una fuerza maligna.

Detalle a destacar es la baja calidad de sus actuaciones, exceptuando al siempre confiable John Malkovich. Sandra Bullock no es una gran actriz, pero destaca por sobre la nula presencia de emociones de los dos niños acompañantes.

Sin embargo su falla más imperdonable es la de desperdiciar un elemento con tanto potencial como el de la imposibilidad de ver. En el 90% de la película los protagonistas estaban condenados a tener sus ojos cerrados, o por lo menos vendados. Sin embargo, salvo por un par de cortísimas escenas en las que estamos detrás de la venda, la directora toma la decisión de mostrarnos todo el tiempo a los personajes perfectamente enfocados y en el centro de la composición, evitando usas recursos más enriquecedores como recurrir al sonido o por lo menos al desenfoque o a ubicar a los protagonistas fuera de cámara.

En resumen, una cinta dominguera pero olvidable, elevada actualmente por la payola Netflix.

POSDATA: ¿En serio vamos a reforzar el cliché postmoderno según el cual el villano siempre es el hombre blanco? Ya raya en lo predecible. Tenemos una protagonista madre soltera, una ginecóloga india, un asiático gay, el negro cómico que se sacrifica y el negro tipo bueno interés romántico de la protagonista.