THE DISASTER ARTIST


Existen dos tipos de películas malas, dependiendo de la emoción con las que se miren. Estas las malas que no despiertan ninguna emoción, que es como si no se hubieran visto. Y están las malas MALAS, que elevan diferentes pasiones, desde el odio encarnado hasta la risa involuntaria. Son tan malas que terminan siendo buenas. Y es a este último grupo al que pertenece una obra llamada “The room”.

Si usted no la ha visto, se está perdiendo de una de las mejores comedias no intencionales de la historia del cine. Y es que no tiene presa mala (o, en este caso, buena). Las actuaciones son malísimas, el protagonista /director /guionista/ productor Tommy Wiseau parece drogado toda la cinta, en varias escenas parece que no se creyera los diálogos que él mismo escribió. El guión es ridículo y la dirección deja mucho que desear.



Y esta recomendadísima pésima película es el punto de partida de la cinta “The disaster artist”, que recrea el nacimiento de “the room”, a manos de un Tommy Wiseau brillantemente interpretado por James Franco (Ojo que acá puede estar el premio Oscar a mejor actor), quien también ejerce la función de director. Es increible como pasa uno de burlarse del buen Tommy, hasta empatizar y defenderlo, al igual que la gran cantidad de seguidores que llenan las salas cada vez que se repite su película.

Recomendadas ambas, y en ese orden de visualización, The Room y The disaster artist.