KIDDING: LA PRINCESA ES EL DRAGÓN

La sola mención de Gondry ya es sinónimo de un buen resultado. El mago visual que nos sorprendió con joyas como Eternal Sunshine of the Spotless Mind y algunos de los mejores videos de Björk, The White Stripes y Foo Figthers entre muchos otros, apuesta ahora por la televisión, con la historia de Jeff Pickles, el presentador de un programa infantil que tiene una muy complicada vida privada.




Da vida a a Pickles el no menos inquietante Jim Carrey, quien a lo largo de su carrera ha bordeado la genialidad y la locura a partes iguales. Si bien en Truman Show nos daba un primer atisbo de la dualidad del personaje entre su vida perfecta, no fue sino hasta Man on the moon en la que ese desorden personal se hizo tangible, con la historia de un comediante muy complejo. Por desgracia no hemos podido ver por estos lares dos de sus mejores actuaciones, (The Bad Batch y Dark Crimes) pero sin duda en Kidding nos encontramos con su mejor trabajo, no sería de extrañar que tenga por lo menos una nominación a los Emmys. 





Kidding es amarga, linda y desagradable a partes iguales. No bien bajas la guardia ante los despliegues de imaginación de Gondry cuando el argumento te exhibe alguna escena deprimente o algún flashback duro de ver. Y es que Gondry madura, y nos muestra que lo bello y lo horrible son sólo dos caras de la misma moneda.