BOHEMIAN RHAPSODY (De la estructura tradicional del biopic)

En la cinta que narra la creación de la gran banda Queen, se pueden escuchar dos frases que, aunque no son muy recordadas, marcan perfectamente el tono de la película.

La primera de ellas la menciona un poco reconocible Mike Myers en el papel del ejecutivo que rechazó la canción Bohemian Rhapsody por considerarla muy fuera de lo normal. 



(Valga decir acá que ese personaje es ficticio, y que representa a varias personas que tenían las mismas reservas ante la canción, entre ellas Elton John y el mismo bajista de Queen). 

La frase en cuestión la escuchamos cuando el ejecutivo dice que Bohemian Rhapsody jamás será una canción con la cual un grupo de jóvenes dentro de un auto meneen su cabeza al ritmo de la música. 




(Creo que todos recordamos a Myke Myers como Wayne disfrutando la canción y meneando la cabeza, junto a sus amigos).

La ironía viene dada por cuanto en la cinta se nos muestra a un alto ejecutivo rechazando Bohemian Rhapsody por ser muy transgresora, y sugiriendo mejor un camino más convencional, mientras que la misma película que estamos viendo decidió tomar un rumbo predecible en cuanto a su narrativa, en vez de hacer justicia a la banda y elegir una manera más revolucionaria y salida de los cánones tradicionales.

Y es que si algo destaca en la película sobre Queen, aparte obviamente de la excelente música y la actuación de Rami Malek en el papel protagonista, es su estructura tradicional muy habitual en muchas biografías de músicos: Inicio con ciertas precariedades, figura paternal que no apoya las aspiraciones del protagonista, primer encuentro prometedor con la banda (La escena del artista en el que nadie cree pero canta A capela y convence a todos la han hecho hasta en Oki Doki). Tras esto se ve la composición de un gran éxito musical, el infaltable montaje con nombres y/o imágenes de ciudades que hacen parte de la gira, el endiosamiento del protagonista gracias a la fama y el exceso de drogas, su caída al abismo y posterior resurgimiento para reivindicarse ante nuestros ojos. 

La cinta juega sobre seguro con una narración más propia de Disney que de un grupo de rock, usando una estructura que hemos visto en cientos de cintas parecidas ( The Doors, Ray, Walk the line, La Vie En Rose, Great balls of fire! o The Runaways, por nombrar unas pocas), negándonos la posibilidad de conocer al grupo más allá de lo meramente anecdótico. La grandeza de Queen merecía algo mucho mayor, ya que su leyenda es superior a su película biográfica. La riqueza conceptual de la banda está llena de esoterismo, magia, elementos circenses, disfraces, elementos del zodiaco, ópera y psicodelia, los cuales son meramente tocados en la superficie.


Es fácil imaginarse al ejecutivo real de esta película frente a los productores, la propia banda Queen, diciéndoles que una cinta salida de los formatos tradicionales jamás funcionaría, y que mejor realizaran la película de una manera más digerible para el gran público, sin correr riesgos innecesarios.




Una película, cualquier película, debe ir más allá del "ahí, está como bien, aguanta".  El cine, como todo arte, debe servir como paliativo ante lo a veces absurdo de la existencia. O mejor dicho, y para nombrar la segunda gran frase de la película: "Ser humano es un estado que requiere un poco de anestesia"

Y esta cinta es apenas un buen placebo.